Al leer esto, algunos se preguntarán si se trata de 1929 o de 2007, lo cierto es: Vale para los dos momentos, y seguramente valga también para futuros.
Porque tienen lugar las orgías especulativas:
1. Fácil crédito, el público se lanza confiado a pedir préstamos para poder invertir.
2. Un profundo sentimiento de confianza y oportunismo, así como la convicción de que la gente en general puede llegar a ser rica.
3. Ahorro abundante,La especulación puede descansar sobre fondos prestados, necesita en parte el alimento de quienes participan en ella. Si el ahorro aumenta rápidamente, el público concederá a lo acumulado un valor menor, de modo que estará dispuesto arriesgar una parte a cambio de la perspectiva de un beneficio apreciablemente superior. Por este motivo la especulación de suceder después de un periodo de prosperidad que en las primeras fases de recuperación.
Quiero matizar, que es innecesario que mano de obra, materias primas y bienes de capital se encuentren en situación de escasez para provocar una pausa especulativa.
Causas de una depresión:
La primera posibilidad, La producción industrial habría excedido las posibilidades de demanda del consumidor y de inversión. Les llevó a almacenar más de lo que posteriormente necesitaron. A consecuencia de esto, redujeron sus compras, lo cual a su vez produjo un fuerte retroceso en la producción.
Otra posible causa, un aumento en la productividad de los trabajadores, con una estabilización de los salarios, reducción de costes daría paso a un aumento de los beneficios. La principal forma en que se gastan estos beneficios, se trata de la inversión en bienes de capital. Por consiguiente cualquier cosa que interrumpa el gasto en inversión provocaría una crisis.
También podría deberse, a un aumento de los tipos de interés que puedan ser la base del insuficiente progreso de la inversión. Qué un sector frágil como puede ser el agrícola, se encargue de transmitirlo al resto de la economía.
Con esto creo que deberíamos reflexionar y darnos cuenta que las personas nos cegamos por obtener altas rentabilidades y nos dejamos llevar por el beneficio que ha obtenido nuestro vecino sin llegar a ver que la burbuja pinchará en algún momento, arrastrando con ella las ilusiones y esperanzas de miles de inversores.
